Insectos comestibles: ¿tu nueva forma de proteína favorita?

Bol y cuchara con polvo de grillo

Tanto si haces running como si entrenas, al incrementar tu nivel de fitness, tu cuerpo te pide más proteína. Pero esto no significa necesariamente que tengas que consumir más carne y productos lácteos. Muchos atletas optan por otras fuentes de proteína (como las proteínas vegetales) para cumplir con el requerimiento diario. Ya hace tiempo que los insectos son parte de la dieta en muchos países del este. Pero más recientemente, la tendencia de tomar proteína de insectos está creciendo en el occidente como una alternativa más ecológica a la proteína animal.

Está bien saberlo:

¿Quieres saber cuál es tu requerimiento diario de proteína? Usa esta herramienta para calcularlo.

Proteína de insectos vs. Proteína de carne

Los insectos pueden ser una fuente de proteína más eficiente que los animales. Según un estudio publicado en el European Journal of Clinical Nutrition (Diario/Revista Europeo de Nutrición Clínica), “los insectos contienen valores de entre 9,96 y 35,2 gramos de proteína por 100 g, en comparación con los 16,8 y 20,6 g de proteína por 100 g de carne”, (C.L.R Payne, P Scarborough, M Rayner, K Nonaka 2009). Aun así, la densidad de proteína varía considerablemente dependiendo del tipo de insectos consumidos. Con unos 2100 tipos de insectos comestibles, hay mucho donde escoger. Los insectos comestibles que están ganando más popularidad debido a su densidad de calorías y proteína son el grillo, ciertas especies de hormiga y el gusano de la harina (tenebrio molitor).

La dieta del pangolín

¡Te presentamos el pangolín, un animal que se alimenta de insectos ricos en proteína! Los pangolines son conocidos por su dieta a base de hormigas, que consiguen metiendo su lengua pegajosa en sus nidos. También son el animal más traficado del mundo (unos 2,7 millones al año). Descubre más información sobre los pangolines y sobre cómo puedes unirte al movimiento de 1 millón de atletas representando a 1 millón de especies en peligro de extinción.

Beneficios medioambientales de comer bichos

Comer insectos es una buena alternativa para las personas que quieren reducir su huella ambiental. De media, los recursos necesarios para producir insectos son mucho menores que los necesarios para producir carne animal. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), “los grillos necesitan seis veces menos comida que el ganado, cuatro veces menos que las ovejas y dos veces menos que los cerdos y los pollos de engorde para producir la misma cantidad de proteína” (FAO). También producen considerablemente menos gases de efecto invernadero que los animales y se necesita mucho menos terreno para criarlos.

Con el crecimiento continuo de la población mundial y los efectos del cambio climático cada vez más visibles, cambiar tu hamburguesa de ternera por una hecha a base de grillos puede ser una buena forma de contribuir a un planeta más sostenible.

Eating insects to decrease the environmental footprint

Cómo empezar a comer insectos

Pero, ¿cómo das el primer paso hacia el cambio? Investigando un poco, te sorprenderá la variedad de sabores de los distintos insectos comestibles. Descubrirás que las moscas saben a queso azul, las hormigas tienen un regusto cítrico y las chinches de agua saben a caramelo de sandía (Food and Wine, 2017). Así es cómo empezar a integrar proteína proveniente de bichos en tu dieta.

En los productos horneados

El polvo de grillo es una de las fuentes de proteína más fáciles de integrar en tu dieta, ya que puedes usarlo como cualquier otro polvo proteico añadiéndolo a tus recetas. Debido a su creciente popularidad, no es muy difícil de encontrar.  Puedes usar el polvo de grillo para hacer pan, barritas energéticas y postres horneados ricos en proteína. Si no encuentras harina de insecto en tu zona, puedes intentar hacerla en casa

Como snack salado (al estilo patatas chips)

También es fácil encontrar gusanos de la harina comestibles online y en mercados locales de comida oriental. Para cocinarlos, solo tienes que freírlos en aceite vegetal (usa una espumadera para sacarlos del aceite con más facilidad) y déjalos escurrir sobre papel de cocina. Añade sal y pimienta al gusto y voilà, un snack rico en aminoácidos, proteína y fibra.

Como condimento en platos de pasta

Los grillos fritos son un condimento ideal para muchas recetas. Puedes freírlos del mismo modo que los gusanos y añadirlos en un plato de risotto para darle una textura crujiente y añadir un poco de proteína. También es común encontrarlos como aderezo en tacos o incluso como aperitivo para mojar en guacamole.

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