Di no al aumento de peso en invierno

Año tras año nos enfrentamos al mismo problema: las temperaturas caen, empezamos a ponernos más y más capas de ropa y, antes de que nos podamos dar cuenta, la grasa aparece de la nada y empieza a acumularse en las caderas y en los muslos… En el artículo de hoy, queremos compartir algunas de las razones que provocan este molesto aumento de peso. Además, tenemos algunos trucos muy útiles para no dejar que estos kilos extra aparezcan en los meses más fríos del año.
¿Por qué se suele ganar peso en invierno?
Hay distintas razones por las que se gana peso cuando cae el termómetro:
- La cantidad de días festivos: Acción de Gracias, Navidad, Año Nuevo – en invierno, alrededor de estas fechas, hay una fiesta detrás de otra. A menudo, nos sentimos empujados a consumir todo tipo de manjares salados, dulces o con alcohol que son muy difíciles de resistir. Las calorías extra que consumes esos días se acumulan fácilmente en las caderas.
- Dentro se está mejor: el otoño y el invierno son estaciones acogedoras. En muchas regiones hace mucho frío, así que la gente prefiere quedarse en el sofá y envolverse con una manta calentita. Es fácil ignorar las actividades de resistencia como el running o ir en bici, y desplazarte hasta el gimnasio parece casi imposible cuando fuera hace frío, viento y está nevando.
- Variaciones estacionales: a lo mejor te cuesta creerlo, pero es verdad que comemos más durante los meses fríos del año que en primavera y verano. Un estudio publicado en el European Journal of Clinical Nutrition (Revista Europea de Nutrición Clínica) descubrió que la ingesta de calorías, el ejercicio y el peso están condicionados por las variaciones estacionales. La gente tiende a comer 100 calorías más al día en invierno que en primavera. Además, se consumen más grasas saturadas. Los investigadores también vieron que los niveles de actividad de la gente son más bajos en invierno, lo que nos trae de vuelta a las temperaturas: mayor ingesta de calorías + menos ejercicio = ¡aumento de peso en invierno! 😉
Así que, ¿cómo puedes evitar ganar peso durante los meses oscuros y fríos del año?
5 consejos para evitar el aumento de peso
1. Tómate tiempo para cocinar
Sabemos que a menudo es difícil encontrar el tiempo necesario en tu día a día para cocinar, pero a lo mejor te podemos convencer para pasar un poco más de tiempo en la cocina de ahora en adelante. Algunos investigadores en la Universidad John Hopkins de Baltimore llevaron a cabo un estudio sobre si cocinar en casa estaba asociado a una dieta de mayor calidad y a la pérdida de peso. Y lo que descubrieron fue que la gente que come en casa varios días por semana, consume menos calorías, azúcares y grasas que los que comen fuera a menudo. Además, merece la pena tomarte un tiempo el domingo para preparar las comidas de la semana.
2. Toma decisiones inteligentes
Seguir una dieta equilibrada durante los meses fríos no significa tener que sacrificar la variedad. Hay muchos alimentos ricos y coloridos que pueden alegrar tus fiestas. Además, añaden un punto saludable a tu comida.
Toma decisiones inteligentes cuando escojas qué comer. Asegúrate de que ingieres la cantidad de proteínas adecuada a lo largo del día y elige fuentes de carbohidratos ricos en fibra y grasas de mayor calidad.
Y si te apetece algo poco saludable, recuerda que la gente que come bien puede permitirse algún capricho de vez en cuando – ¡pero con moderación! Así que no te sientas culpable por comer una onza de chocolate negro ocasionalmente. Deja que se derrita en la lengua y disfruta al máximo del sabor del cacao. ¿Te has excedido un poco? No te preocupes, nos pasa a todos, ¡somos humanos! Olvídate del ayer y céntrate en empezar bien el día siguiente.
3. Atrévete a salir
Fortalecer tu sistema inmunitario no es el único argumento para hacer ejercicio al aire libre. Practicar running durante los meses de invierno (o deportes de cardio) quema más calorías que correr en verano. La razón tiene que ver con el tejido graso. La grasa no es solo grasa. En el cuerpo humano hay dos tipos de tejido graso: blanco y marrón. Almacenamos grasa alimentaria extra en forma de energía en el tejido adiposo blanco. Este tejido está asociado con la obesidad, se encuentra directamente debajo de la piel y es la grasa visible en forma de “michelines”.
Por otro lado, el tejido adiposo marrón, también conocido como grasa parda, puede producir calor mediante la oxidación de ácidos grasos (termogénesis). Tu cuerpo se va calentando gradualmente. En el pasado, se pensaba que solo los bebés tenían grasa parda para protegerse de la hipotermia. Hoy en día, se sabe que los adultos también tienen células activas del tejido adiposo marrón.
En resumen, hacer ejercicio cuando hace frío ayuda a activar el tejido graso marrón, aumentando, así, el metabolismo energético. Esto lleva a una mayor quema de calorías. ¡Asegúrate de llevar ropa adecuada!
4. Combina los entrenamientos
Si realmente hace demasiado frío y muy mal tiempo, puedes probar ejercicios en casa. Esto añade variedad a tu entrenamiento. Las posibilidades incluyen ejercicios con el propio peso por la mañana, una hora de yoga Birkam con tu mejor amigo o amiga, o ir a la piscina. ¡Acaba con el aburrimiento y empuja tu cuerpo hacia nuevos límites!
5. Duerme mucho
Está probado científicamente que la gente que no duerme lo suficiente, tiende a ganar peso. Aun así, los expertos no están completamente seguros de las razones de estos kilos de más. Están discutiendo sobre el efecto que la carencia de sueño tiene sobre el apetito, el ejercicio y la termorregulación. Especialmente en invierno, se necesitan más horas de sueño (por la oscuridad en muchas partes del planeta). La razón es la falta de luz. En la oscuridad, tu cuerpo produce la hormona melatonina, que es la encargada de regular el ciclo del sueño y provoca cansancio. Escucha tu cuerpo y pasa unas dos horas más en la cama en los meses más fríos del año. Un poco de sueño extra además de ayudarte a mantener la línea, también aumenta tu rendimiento deportivo. Y esto también funciona a la inversa, hacer ejercicio de forma regular puede mejorar la calidad del sueño.
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