Cómo encontrar la motivación para hacer ejercicio

por Emily Lemon y Hana Medvesek
¿Crees que ha llegado el momento de hacer cambios positivos en tu vida? Quizás ya lo has intentado y has aguantado algunas semanas o incluso meses. Empezaste a notar un cambio en tus niveles de energía, calidad del sueño y cómo te sentías en tu cuerpo. Pero luego apareció un contratiempo. Quizás enfermaste, te fuiste de vacaciones o tuviste que trabajar muchas horas para un proyecto. Tu rutina se vio interrumpida y sientes que ha llegado el momento de empezar de nuevo.
Entender cómo funciona el cerebro, a veces a tu favor y a veces en contra cuando intentas volver a la rutina, puede ayudarte a identificar la mejor estrategia para comprometerte de nuevo con el fitness.
3 factores clave en tu compromiso con el ejercicio
Existen tres factores esenciales que debes recordar al empezar una nueva rutina de ejercicio. Prueba a escribir estos tres elementos y dejarlos en algún sitio donde los puedas ver.
1. Paciencia
Tanto si estás aprendiendo un idioma, a tocar un instrumento o a establecer relaciones saludables con la gente, la base es la misma. Debes tener paciencia. Mejorar en algo siempre lleva tiempo y probablemente hay cosas que no saldrán bien a la primera. Lo mismo pasa con el entrenamiento.
Cuanto más tiempo inviertes y más practicas, más rápido mejoras. Y los cambios que experimentas en tu mente y tu cuerpo son increíblemente gratificantes. Así que recuerda tener paciencia durante tu progreso en el entrenamiento de fuerza. No pasa nada si de vez en cuando haces una pausa o si te pasas. Recuerda, es una inversión en tu relación con tu cuerpo y tu mente.
2. Hábitos saludables
La habilidad de crear hábitos saludables no tiene nada que ver con la fuerza de voluntad. Hay estrategias establecidas que podemos implementar para intentar alcanzar nuestros objetivos. Por ejemplo: empezar con cambios pequeños, como rellenar el vaso de agua cada vez que te levantas en el trabajo para asegurarte de que el cuerpo está hidratado. También ayuda hacer algo cada día, así que si el fitness es tu objetivo, incluye más movimiento en tu rutina diaria haciendo dos flexiones cuando te levantas de la cama por la mañana, o haz sentadillas mientras te lavas los dientes.
Establecer señales que precedan ciertos hábitos hará que se vuelvan automáticos. Por ejemplo, prepara la ropa deportiva al lado de la cama por la noche si tienes pensado entrenar por la mañana. Es mucho más probable que te la pongas si la ves al levantarte. Para más detalles sobre la creación de hábitos saludables, echa un vistazo a nuestro artículo sobre el tema.
3. Propósito
Una de las mejores formas de comprometerse con el fitness es tener la mentalidad adecuada. Seguir un plan te puede aportar la estructura y la guía que necesitas para asegurarte de que te desafías sin pasarte, pero lo que realmente ayuda es tener un propósito o un objetivo.
De hecho, la mentalidad es tan importante que puede afectar directamente a aspectos mensurables de la salud. En 2007, un grupo de investigación de la Universidad de Harvard estudió el efecto de decir a las personas que hacían ejercicio en su trabajo diario limpiando habitaciones de hotel en comparación con un grupo de control al que no se comunicó esta información. Los resultados mostraron una disminución del peso, la presión arterial, la grasa corporal y el IMC entre el grupo comparado con el grupo de control. Si tienes una visión del tipo de vida que quieres llevar; céntrate en ella. Piensa en lo que ganarás si te esfuerzas por conseguirlo y en lo que te perderás si te rindes.
3 consejos para lograr no abandonar el fitness
Siente por qué lo estás haciendo
¿Cuál es el efecto a largo plazo de alcanzar tu objetivo? ¿Qué te enorgullecería y por qué? Sigue explorando hasta que encuentres una respuesta que te emocione. Cuando conectas emocionalmente con tu visión, te motiva a un nivel más profundo.
¿Cuál es tu visión de una versión más fuerte de ti?
Quizás se trata de poder seguir el ritmo de tus hijos o hijas, ver a tus padres envejecer o vivir aventuras con gente a la que quieres. Tal vez quieras ser un modelo a seguir. O tal vez solías tener más energía y quieres recuperarla. Algo dentro de ti te movió a iniciar tu progreso para aumentar la fuerza, y esto es lo que te da un propósito. Recordar lo que te impulsó a empezar puede ayudarte a mantener tu decisión.
Rodéate de recordatorios
Muchas personas consultamos el móvil cientos de veces al día por costumbre. ¿Por qué no usarlo como tu ventaja? Una forma de hacerlo es escoger un fondo de pantalla que te recuerde tu visión o motivación. Así, puedes conectar con tu propósito para entrenar a diario. Cuando experimentes tu primer contratiempo, recordarás fácilmente la importancia de no rendirte.
Registra tu progreso
En vez de centrarte en el resultado, como el número en la balanza, céntrate en las acciones primero. Para cualquier nuevo hábito, especialmente en el entrenamiento de fuerza, es útil tener un sitio donde puedas marcar el trabajo realizado. Cuantos más detalles registres, por ejemplo las pesas usadas durante una sesión, mejor. Así, cuando la vocecita interior te diga que no estás progresando lo suficiente, tendrás pruebas de que has estado entrenando y una forma efectiva de evaluar si deberías hacer cambios en el plan o simplemente ceñirte a él.
Conclusión
Ahora ya entiendes mejor cómo mantener la motivación para entrenar. Así que recuerda: tu visión puede marcar la diferencia en mantener tu compromiso con el fitness. Si tienes una conexión emocional con tu propósito, tienes más probabilidades de alcanzar tus objetivos. Prepárate para el éxito estableciendo hábitos saludables en tu vida diaria sin olvidar lo que te empujó a empezar. Y recuerda llevar un registro de tus actividades para poder mirar atrás y enorgullecerte de lo lejos que has llegado.
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