Todo lo que tienes que saber sobre el calzado de running

Correr es un deporte que no requiere mucho dinero: todo lo que necesitas son una camiseta, unos pantalones y un buen calzado. Sin embargo, la calidad del calzado puede afectar tanto a tu rendimiento como a tu salud. El experto en running Sascha Wingenfeld subraya su importancia: “Corres sobre tus zapatillas durante kilómetros y kilómetros, así que es importante que utilices un calzado que amortigüe el impacto que recibe el cuerpo y reduzca la tensión en las articulaciones y el tejido conectivo”.
6 factores que influyen en la vida deL calzado de running
En el mercado hay una gran variedad de modeloss, sistemas de amortiguación y elementos de estabilidad. ¿Pero por cuánto tiempo consiguen dar soporte y absorber los impactos? “La respuesta no es exacta al 100%, ya que varios estudios han descubierto que la vida del calzado deportivo depende de varios factores”, señala Sascha. Estos son los 6 más importantes:

Factor #1: El peso corporal
Cuanto más pesa el runner, más desgaste tendrá tu calzado. “Si tienes en cuenta que el impacto que se crea en cada pie equivale hasta 5 veces a tu peso corporal, no es de extrañar que todos esos kilómetros que corres les pasen factura a tus zapatillas. Esto significa que los corredores que tengan más peso deberán prestar más atención al material del calzado”, explica el experto del running.
Factor #2: La edad del calzado
No importa cuánto entrenes, con el paso del tiempo también hay otros factores que afectan a la vida útil de tu calzado: el clima y la oxidación. Con el tiempo los sistemas de amortiguación y estabilidad van perdiendo eficacia si no se usan y, al igual que los neumáticos de un coche, los materiales de la suela se endurecen y dejan de ofrecer soporte de manera eficaz.
Factor #3: La técnica
El modo en el que corres también tiene un papel importante en el desgaste del calzado: una técnica de running dinámica, rápida y ligera en la que los pies tienen el mínimo contacto con el suelo supone poca carga para el calzado, mientras que una técnica irregular y menos dinámica en la que el corredor golpea el suelo con todo su peso supone mucho trabajo, por lo que envejecerá mucho antes. El consejo de Sascha: “Analiza tu forma de correr y elige un modelo que se adapte a tu técnica”.
Factor #4: El terreno
La superficie que escoges para entrenar influye significativamente en el desgaste del calzado. Si sales a correr sobre superficies como el asfalto, la suela y el sistema de amortiguación se verán muy afectados. Si, por el contrario, corres por terrenos suaves como los senderos en el monte, la propia superficie te proporcionará mejor amortiguación y el impacto que reciban tus zapatillas será mucho menor. “Hoy en día es fácil encontrar modelos diseñados especialmente según la superficie por donde se va a correr, así que cuando vayas a comprar tu calzado de running piensa bien en los terrenos en los que sueles correr”, recomienda Sascha.
Factor #5: La talla
Es muy importante elegir bien la talla para poder sacar provecho a todas las características. La presión de tu peso corporal hace que los pies se expandan al entrar en contacto con el suelo, así que si escoges una talla demasiado pequeña o muy exacta, sufres el riesgo de estirar las costuras. Lo mejor es que compres una talla más de lo que acostumbras a usar en el calzado del día a día: entre el dedo más largo del pie y la punta debería quedar una anchura equivalente a un dedo de la mano, ya que tu pie necesita todo ese espacio para moverse sin chocarse constantemente contra la punta de la zapatilla. “Ten en cuenta que el pie se hincha y aumenta de tamaño hasta un 4% durante el día, así que te aconsejo ir a comprar las zapatillas por la tarde”, subraya el entrenador de running. Presta atención a las diferentes técnicas que hay para atarse los cordones. El modo en el que los atas puede ayudarte a tener una mayor sujeción aunque sientas que la talla es algo más grande de lo normal. También te ayudará a evitar irritaciones y ampollas.
Factor #6: El modelo
El modelo es una de las cosas que más influye en la vida útil del calzado de running. Un modelo ligero que no ofrece soporte para los problemas ortopédicos no durará tanto como un modelo diseñado para afrontar muchos de los factores de los que hemos hablado en este artículo. Lo recomendable es que elijas el modelo que más se adapte a tu técnica de correr. Si no te has lesionado durante años y dominas bien la técnica, puedes prescindir de los sistemas de estabilidad y decantarte por un modelo neutro. Sin embargo, si no controlas bien la pisada y notas que el tobillo se mueve, necesitas un modelo que te ofrezca suficiente estabilidad y sujeción. Los diseños que ofrecen estabilidad se suelen dividir en dos tipos: los modelos que tienen en cuenta la sobrepronación y los que tienen en cuenta la supinación. Los primeros evitan que el tobillo se mueva hacia dentro y los modelos para los supinadores, en cambio, proporcionan una estructura para la parte exterior del pie.
Consejo:
También has de tener en cuenta que hay diferentes modelos para hombres y mujeres. Estas suelen necesitar tallas más pequeñas y estrechas (es decir, con menos volumen).
4 consejos para comprobar la edad del calzado y elegir el modelo que más te conviene
Es muy difícil saber cuándo necesitas cambiar de calzado deportivo: normalmente no notas la diferencia entre tus zapatillas actuales y unas nuevas hasta que realmente las compras y empiezas a salir a correr con ellas.
Los fabricantes suelen decir que la vida útil de una buena zapatilla de running es de unos 500-800 km, lo cual junto a los factores que hemos analizado puede servirnos de guía para hacernos una idea de cuándo tenemos que reemplazar las zapatillas. El experto del running Sascha tiene cuatro prácticos consejos para revisar regularmente el estado de nuestro calzado:
- Analiza la pisada. La parte exterior de la suela te da pistas sobre la condición en la que se encuentran tus zapatillas. Si la suela está degradada o notas que se ha desgastado bastante, deberías ir buscando un nuevo par.
- Observa el estado de la mediasuela. Presiona un dedo contra la espuma plástica de la mediasuela: si cede fácilmente significa que la zapatilla ha perdido la función de estabilidad y que, por lo tanto, te conviene reemplazarla. Los pliegues y las fisuras en la mediasuela también son señal de envejecimiento.
- Comprueba la estabilidad. Coloca las zapatillas sobre una mesa y examina la parte de los talones. Si ves que la suela se inclina hacia dentro o hacia fuera, significa que tus pies no se mueven correctamente mientras corres. Esto también te avisa que deberías cambiar las zapatillas.
- Examina la rigidez torsional. Tuerce la parte delantera y la parte trasera de la zapatilla en direcciones opuestas. Si la suela se retuerce con facilidad, deberías dejar de usarla y buscar un modelo que se adapte más a tu técnica de correr.
En resumen podemos decir que son muchos los factores que influyen en la vida útil de unas zapatillas de calidad y tenerlos en cuenta te ayudarán a que tu rendimiento no se vea afectado. Llevar la cuenta de los kilómetros corridos con ellas te puede ayudar con el factor tiempo y desgaste, por ejemplo. La app adidas Running te ofrece una función para que te ahorres quebraderos de cabeza intentando calcular la vida de tus zapatillas.
Sascha Wingenfeld: “Mi principal consejo ante la duda es que es mejor reemplazar las zapatillas más pronto que tarde. Puede que unas buenas zapatillas de running cuesten más, pero el confort y una menor probabilidad de lesiones hace que el gasto merezca la pena”.
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